Mi Meridiano

Q y K

Es que nadie puede gall@!!!
Ayer figuré en uno de esos eventos de "gala" y elegancia extrema que sólo pueden darse en algunos lugares del mundo.
Muchas copas, manteles blancos, gente extranjera, fotos, periodistas, sonrisas...y en una esquina ¡yo!.
Calzaba menos que el patito feo en consurso de belleza. No porque no pueda arreglarme, sino porque tanta siutiquería sencillamente me da risa.
Todos miran atentamente cada movimiento y me tengo que amarrar las manos para no botar algo como fatalmente casi siempre me pasa.
Lo peor es cerrar mi boquita...entre tantos "gallos" y "lindas", no puedo evitar comentar que todo estaría mejor si pudiéramos jugar, por lo menos a las sillas musicales. Miradas extraviadas de unos, sonrisa cómplice de uno que se ve más aburrido que yo y mi cara roja. ¿Habré metido las patas?.
Ahora, mi mamá siempre me dijo que no se escupe nunca nunca, así que cada vez que boto un vino trato de taparme la boca, lo que genera el terrible enredo de mi servilleta en el vaso de agua y el desplome de este sobre algún plato que ¡ruego! haya sido el mío.
Después, entre 24 servicios distintos no sé con qué diablos comerme el salmón en sus cuatro variedades de menos de 2 cm. cada una. Un colega amablemente me dice que es con uno que tiene como un agujero entre los espacios. ¿Para qué...para que se caiga??? Podría haber hecho una talla muy doble sentido en que el pescado va hacia el hoyito, pero no sé si se entienda y aparte, no sé si se será fino...suponiendo que entiendo lo que es eso.
Y como...mejor como. Escucho 300 reflexiones sobre los estilos de vida de los ricos y famosos y yo estoy pensando en la fatalidad de Irak y de como este año ha estado pasado de catástrofes. Voy a comentarle algo de actualidad al señor de al lado, pero no habla español...así que mejor sigo en la línea de "come y calla".
Hay un tipo de polera Polo, obvio, anda informal...no hay muchas opciones a eso... y es florero ¡peor que yo!. Me dan ganas de preguntarle si en su casa alguien lo escucha.
Sigo observando, los mozos están chatos, es evidente.Quiero ir a la cocina a preguntarle si tuvieron problemas en los días de lluvias.
A todo esto todavía no puse plata...
Por ahí andaba un famoso cómico nacional, que de cómico no tenía nada a esas alturas. Y yo sufriendo. Nuevo plato, otro servicio ¿habrá que pedir otro vaso? Todos sacan aceto balsámico y me acuerdo de la vez que el Matías escupió dentro de una de esas botellas. Me río sola. Me duelen los pies y la fomedad hace que me esté quedando dormida.
Escucho un par de comentarios clasistas y otros racistas. A esas alturas me siento tan rara como huevo con cejas.
Quiero dormir o carretear de verdad. Entonces, y después de una serie de platos increíblemente escuálidos, pero caros viene el café. Mi momento favorito, ya que casi siempre se acompaña de chocolates.
¡Pero esta vez no!, ni uno. Así que me tomo un mate amargo...y mi cabeza ve con felicidad como la gente se empieza a parar para irse.
La evaluación: "Un éxito". Mi evaluación "Tengo Sueño".
Me paro de mi silla de diseño y empiezo a cruzar la calle con una sonrisa en la boca...pasé la prueba, pese a todo. Soy una buena actriz.
Me subo al auto de la única persona que se ha reído como yo...y nos reímos juntas.
Total, hay que reconocer que casi pasamos inadvertidas, sino fuera porque nuestras mentes elaboraron un bloqueo a la siutiquería.
Lo políticamente correcto??? A esas alturas, seguirnos riendo y echarle la culpa a los grados alcohólicos...

posted by Pavivina @ 09:13