lunes, junio 06, 2005

Eso se llama destino

Quién sabe si de verdad es esta la vida que tenía destinada o si, en el camino, me perdí de algo y llegué acá.
Las cosas tienden a ser efectivamente lo que uno esperaba que fueran (menos cuando la ley de Murphy con sus sucias garras me hace ubicarme en la fila que avanza menos), pero a veces pienso en las cosas hacia atrás y me doy cuenta de que nunca esperé estar donde estoy. Fueron hechos, los simples hechos los que me trajeron acá.
El único problema es ¿quién sabe de verdad dónde estoy?...

3 Meridianos:

At 7:49 p. m., junio 06, 2005, Anonymous Anónimo said...

La confianza crece más lentamente que un árbol y cae más rápido que su fruto

 
At 8:23 p. m., junio 06, 2005, Anonymous Anónimo said...

La vida es meramente un conjunto de opciones soberanas, con sus decisiones aparejadas y sus consecuencias a cuestas... Causas y efectos de la libertad humana ante la que el mismo Dios se humilla, resignado ante las mociones de nuestra voluntad libre y, a menudo, errática.
¿Cómo te preguntas sobre la verdad, si la verdad más grande eres tú misma? Eres LA VERDAD revestida de las virtudes más valiosas que pueden adornar el alma de una mujer y de las facciones más armoniosamente bellas que la pueden hacer lucir.
No he sabido de nada más verdadero que tu virtuosísima persona. "Bene omnia facit", "todo lo ha hecho bien" y, en esa frase, se resume tu existencia.
Nada es lo que esperamos, sobre todo cuando llega y. a veces, aquello que es lo que corresponde, está en la parte más postrera de la fila, esa sección que se empieza a olvidar y que, de a poco, ya no echamos de menos, como si fuera una nube difusa en tu memoria, difícil de recordar, imposible de imaginar y, de a poco, cada vez menos necesaria y atesorada.
Mirar atrás es cosa buena, aunque sea para los balances, si es que no alcanza para el recuerdo afectuoso.
¿Te preguntas si sabes dónde estás? No, preciosa, tesoro tremendo, ignoto y oculto para los ignorantes que no te conocen. Has de preguntarte dónde perteneces, porque el problema genuino es saber adónde no llama Dios a ir y, sobre todo, si estamos llegando. Antes de eso, es lucha ofensiva, de ataque. Una vez que llegamos, es nada más que sostener la posición que se nos ha sido dada ¿Tendremos las paz que esa dulce pasividad otorga? ¿Podremos alcanzar esa calma ordenada, para que podamos soñar cosas buenas, en vez de estar escribiendo líneas de hombre derrotado a las 3.30 de la mañana, porque ya no recuerda cómo se hace para dormir sin tener pesadillas?

 
At 5:41 p. m., septiembre 09, 2005, Anonymous Anónimo said...

el destino es la reaccion a todas nuestras acciones , nada mas que eso .

 

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